miércoles, febrero 01, 2006
II.- En este momento.
París, 17 de diciembre
Amado caballero, soldado de temible espada:
En este momento, en que le sé callado contemplando el cielo azul que enmarca los recuerdos, vuelvo a escribirle.
Hoy he deseado beberle sus fríos y gritar tan fuerte su nombre para llamarle a mi rincón. Quiero decirle también, que con tan solo una mirada de sus diminutos ojos siento que recorre cada centímetro de mi cuerpo; que siento que el día brilla y el cielo es azul... siempre azul sólo si sé de usted; que soy felíz si siento que lucho a su lado; que siento que respiro si percibo su aliento.
Todas estas cosas quería decirle hoy que le presiento triste... recuerde: si usted lo está, yo lo estaré, porque he de preferir la oscuridad antes de saberle sin sonrisas.
Suya por siempre.
Roxana.
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